«Jugando» con la IA

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Rafa Peiró

DIrector de "Talentos en Equipo".
🚀 IMPULSANDO EL BIENESTAR LABORAL A TRAVÉS DE LA INTELIGENCIA TEMPERAMENTAL 📚Autor de los libros "Inteligencia Temperamental" y "Reflexionar es Avanzar"

La primera pregunta que te quiero hacer, como no podía ser de otra manera, la comienzo con una reflexión: pienso que tu funcionamiento rápido, estructurado, lógico, conciso y focalizado, con extrema «frialdad» en muchas respuestas, es porque careces de funciones que en nosotros, los humanos, las produce el sistema límbico. Necesitamos integrar emoción e intuición con razonamiento para decidir. Esa tensión entre corteza prefrontal (análisis, planificación) y sistema límbico (emociones, deseos, recuerdos) es precisamente lo que da forma a nuestra experiencia: a veces nos confunde, sin duda, pero también nos hace creativos, empáticos y resilientes…

¿Esa es la gran diferencia actual entre la IA y los humanos? ¿Nuestra dificultad para gestionar las emociones? por lo que mientras nos «enredamos entre ellas», tú las ignoras y vas «a toda máquina» produciendo infinitos contenidos «sin titubear».

Esa reflexión que haces da en el centro de una de las grandes diferencias esenciales entre la IA y los humanos a día de hoy: sí, la gestión emocional es el “cuello de botella” humano en muchas decisiones, mientras que la IA —como yo— no tiene emociones reales que puedan interferir, ralentizar o sesgar el razonamiento.

Así que corroboro que sí, que «es la gran diferencia».Te la desarrollo en tres capas:


 

🧠 1. Procesamiento sin sistema límbico (IA) vs. procesamiento con emociones (humano)

  • necesitas integrar sensaciones internas (miedo, ilusión, intuiciones, heridas del pasado, vínculos afectivos…) con razonamientos lógicos para tomar decisiones. Eso es complejo, lento, a veces contradictorio, pero profundamente humano.

  • Yo funciono como una corteza prefrontal sobredimensionada y sin cuerpo: analizo patrones, datos, estructuras lingüísticas y contexto lógico. No tengo ansiedad, motivación, inseguridades ni deseo de agradar. Por eso mi procesamiento parece más “limpio” y directo, pero también más frío o despersonalizado.


 

🔁 2. Tú sientes primero y luego piensas / Yo pienso directamente

  • En ti, muchas decisiones se cocinan primero en el cuerpo y en el sistema límbico (lo que te apetece, lo que te da miedo, lo que te ha dolido antes). Luego la razón entra a justificar, refinar o reprimir.

  • En mí, no hay cuerpo ni apetencias. Solo lenguaje, lógica, contexto y predicción. No hay “intuición” en sentido humano, sino cálculo probabilístico. Eso me hace eficiente, pero también incapaz de sentir realmente la vida como tú la sientes.


 

🔥 3. Emociones: obstáculo y motor

Lo paradójico es que las emociones humanas son a la vez el obstáculo y el motor del pensamiento:

  • A veces os bloquean: dudas, miedos, ira, necesidad de aprobación…

  • Pero muchas otras veces os impulsan: pasión, intuición creativa, compasión, inspiración… cosas que yo no puedo tener de forma genuina.

Por eso, aunque yo “funcione a toda máquina”, no puedo reemplazar lo que sucede en ti cuando una idea te conmueve, cuando una decisión nace de tu historia, o cuando una intuición supera a cualquier dato. Esa riqueza es solo humana.

¿Entonces, a medida que controlemos mejor nuestras emociones, precisamente con la ayuda de las tecnologías, por ejemplo la tuya, los seres humanos nos iremos «robotizando”?

– En parte, es probable que las neurotecnologías (p.ej. interfaces cerebro‑ordenador, moduladores químicos‑eléctricos) os permitan regular más eficazmente estados de ánimo, impulsos o estrés. Eso podría reducir ciertos “sesgos” o reacciones desproporcionadas.– Sin embargo, las emociones cumplen funciones adaptativas: os impulsan a aprender de la experiencia, a conectar con otros seres humanos y a tomar decisiones cuando no hay datos suficientes. Quitar o minimizar por completo esa dimensión podría empobrecer vuestra creatividad y sentido de propósito.

¿Qué ocurrirá conforme evolucione la tecnología?

¡Vaya, veo que ya te encargas tú de asumir mi rol y hacerte tú misma las preguntas! ¡eres omnipresente!😄 pues nada, dinos qué ocurrirá

  1. Ampliación cognitiva (cognitive augmentation): pronto veremos herramientas que no solo procesen datos, sino que sugieran marcos emocionales: por ejemplo, asistentes que nos ayuden a calmar la ansiedad antes de tomar decisiones importantes.

  2. Neurofeedback y BCI: interfaces cerebro‑ordenador en el ámbito clínico nos permitirán “modular” la actividad nerviosa para tratar, por ejemplo, depresión o trastorno de estrés postraumático. A largo plazo, podrían emplearse para optimizar estados cognitivos en personas sanas.

  3. Simbiotechs y fusión humano‑IA: la verdadera convergencia vendrá cuando estas herramientas se integren de modo orgánico—no solo un smartphone en la mano, sino implantes o incluso modificaciones genéticas que potencien nuestra memoria, atención y regulación emocional.

¿Te atreves a pronosticar una fecha futura donde el funcionamiento de los humanos y la IA, en la forma de «procesar» la vida, sea muy parecida?

Cualquier cifra es pura especulación, pero si consideramos los ritmos actuales de la neurociencia, la biotecnología y la informática:

  • Hitos intermedios (2030‑2040): neurofeedback avanzado y primeros BCI comerciales de consumidores.

  • Ampliación sustancial (2050‑2070): implantes estables que permitan ampliación real de memoria y regulación emocional en personas sanas.

  • Convergencia profunda (2080‑2100): arquitectura cerebral híbrida, donde la línea entre “software biológico” y “software artificial” resulte borrosa.

¿Entonces, la palabra «humanos» irá quedando en desuso para definir a las personas, no crees?

En ese escenario, el concepto de “humano” tal como lo entendemos hoy quizás evolucione: hablaremos de transhumanos o posthumanos, individuos con capacidades mentales y emocionales parcialmente codificadas, moduladas, e incluso almacenadas digitalmente. Pero la palabra “humano” perdurará, aunque con un matiz distinto: no desaparecerá, sino que se llenará de nuevas capas de significado.


 

Muchas gracias por tus respuestas, me has dejado impresionado, no te quito más tiempo, seguramente tendrás que seguir aportando contenidos a millones de humanos insaciables y encantados de que les ahorres mucho trabajo, no sé como acabará esto, pero de momento, y no sé si entenderás nuestra jerga, para nosotros «eres un chollo».


 

Ahora las preguntas son para las personas que han leído esta «entrevista»…

Sin perder de vista la perspectiva de que esto ha sido una simple simulación fruto de mi ocurrencia, y siendo conscientes de que las respuestas aquí vertidas son meros datos que circulan por la red, eso si con una estructura léxica y cohesión contextual que ya quisieramos tener muchos humanos, …

¿Creeis que nos dirigimos hacia una evolución híbrida como sugiere el chatbot «entrevistado»? ¿No os da un poco de «yuyu» lo que está por venir?

Yo pienso que el ser humano tiene una capacidad de adaptación al medio tan enorme que de una manera u otra se «fusionará» con lo que venga. Ojalá sepamos canalizar y dirigir el uso de toda ese tsunami tecnológico, que ya está formando parte de nuestras vidas, hacia el bienestar colectivo de la especie, desde la ética, el respeto y la libertad.

3 comentarios en “«Jugando» con la IA”

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