Lo más seguro es que contestes que sí, no obstante, te voy a dar 5 pistas que forman parte de los hábitos de las personas que practican «la bondad», te ayudarán a responderte de manera un poco más objetiva.
Brindan apoyo, siempre están ahí para echar una mano y dar palabras de aliento cuando más se necesitan, sin importar las circunstancias.
Unen a las personas en vez de dividirlas, fomentan la armonía y buscan puntos en común, ayudando a resolver conflictos en lugar de crearlos.
Escuchan con empatía, saben ponerse en el lugar del otro, entendiendo sentimientos y perspectivas, sin juzgar.
Nutren las relaciones auténticas, invierten tiempo y esfuerzo en construir vínculos basados en la confianza y el respeto mutuo.
Actúan con integridad, hacen lo correcto, incluso cuando nadie está mirando, manteniéndose fieles a sus valores y principios.
Vivimos en una sociedad en la que predomina la competitividad, las prisas, la búsqueda del éxito a cualquier precio y la necesidad de demostrar en todo momento nuestra valía.
Por contra, la bondad está infravalorada. No nos damos cuenta de que es una de las formas más maravillosas y sólidas de alcanzar objetivos, relacionarnos con la gente y vivir en equilibrio mental tanto con nosotros mismos como con los demás.
«Cuando se incorpora la bondad como hábito y pilar de comportamientos; los nocivos fantasmas de la indiferencia, el egoísmo y la envidia, se alejan de nuestras actitudes».

Rafa Peiró
Consultor y Mentor. Diplomado Profesional en Mindfulness. Director de "Talentos en Equipo". Autor de los libros "Inteligencia Temperamental" y "Reflexionar es Avanzar".